Ocurrió hace muchos años. Lo conocí en un entorno muy concreto cuando yo preparaba alumnos para opositar.
Él era joven, llamaba la atención no solo por su físico sino porque le envolvía una especie de halo misterioso y enigmático.
Fueron pocas sesiones, creo que quiso “jugar” y ver qué pasaba, yo no entré en el juego. Hablamos de dolor, de rabia, de abandono, de soledad, de sentirse distinto y despreciado… de drogas, sexo, de como alimentar su sed incansable de herir porque a él le dañaron. Se fijaba en ellas por su falta de autoestima, las seducía y las engañaba, las hería y las despreciaba.
Tenían que ser jóvenes, con un físico concreto, muy dependientes emocionalmente y con baja autoestima. No es el sitio para exponer mas detalles pero esto me sirvió para tener siempre presente que la AUTOESTIMA, la AUTOCONFIANZA y el AUTOCONCEPTO son fuentes de protección muy poderosas.
Estas variables psicológicas se construyen cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas, cuando salimos de los espacios conocidos y probamos distintas actividades y entornos diferentes.
NO hay que ser bueno en todo, no hay que conseguir todo lo que te propongas, no es cierto.
SI hay que saber afrontar desafíos y estar orgullosos de intentarlo, aprender de las experiencias, aceptar la incertidumbre y tolerar la frustración.
SI puedes agradecer cada día lo valiente que eres cuando pruebas algo que no dominas, ni controlas, ni si quiera quizás seas bueno en ello.
Prueba a subir montañas, a bucear, a montar en patinete, a cantar, a bailar, a hacer fotografía, a hablar con alguien desconocido, hasta las actividades más sencillas nos enseñan cosas de nosotros mismos, a respetarnos valorarnos y a querernos bien.
Cuanto más grande es nuestra confianza y amor por nosotros mismos, más difícil es que nos hagan daño. Crece, construye vivencias, sal de las redes sociales y vive aventuras que te hagan crecer.
